MirArte: Bill Viola o la Condición Humana.

Durante la tensa calma de las noches en la habitación de un hospital,

entre el sueño y la vigilia,

entre el leve crujir de la vida y la muerte,

de un modo obstinado me viene a la mente tres obras o piezas o creaciones o...
que en su momento me impactaron de un modo brutal:

The Passing (1991), The Nantes Tryptic (1992), Heaven and Earth (1992).

Tres obras de uno de los videocreadores más destacados de nuestro tiempo, Bill Viola.

Aunque esta post no pretende analizar las obras ni mucho menos al artista, si me parece oportuno poner en antecedentes al lector.

A comienzos de la década de 1990 Viola desarrolla estas tres obras. Las tres creaciones giran en torno a dos hechos vitales de aquel momento y que le acompañaran en muchas de su creaciones posteriores: la muerte de su madre y el nacimiento de uno de sus hijos. Viola trabaja con las imágenes del nacimiento de su hijo y la agonía de su madre en la cama de un hospital. La continuidad entre los diferentes estados de la existencia, la vida como recorrido entre dos extremos irrepetibles.

The Passing (1991), es un video de 54 minutos en blanco y negro, Imágenes profundamente íntimas que nos sumergen en un relato hipnótico donde se reflejan sensaciones y emociones universales. Las referencias autobiográficas son una mera anécdota: asistamos a la muerte de su madre y al nacimiento de su hijo… Son acontecimientos personales e íntimos que nos incitan a evocar nuestro interior, a la reflexión sobre la constante transformación de las cosas, a los ciclos de la naturaleza, al fluir del tiempo.

La video instalación The Nantes Tryptic (1992) Son, físicamente, tres grandes pantallas a la manera de un tríptico medieval. En la pantalla de la izquierda se proyectan las imágenes reales del nacimiento de su segundo hijo, en la pantalla de la derecha se proyectan el video real de la muerte de su madre y en la pantalla central se ve un hombre suspendido en agua, metáfora de la existencia como estado suspendido entre la vida y la muerte.

Heaven and Earth (1992) presenta dos monitores de televisión, despojados de sus carcasas, enfrentados a la altura de los ojos del espectador. Uno transmite la imagen del hijo recién nacido, el otro la agonía de la madre. Al encontrarse los monitores muy cercanos cada uno se proyecta en el otro; la vida y la muerte se convierten en reflejos mutuos. El espectador asiste desde afuera a esa comunicaci6n secreta entre los momentos que delimitan la existencia.